viernes, 9 de junio de 2017

Técnicas de vela y el gobierno de la propia vida.

Últimamente el blog está que no para; traemos ahora a estas páginas un retazo de conversación entre dos habituales del pantano sobre técnicas de vela y su similitud con el gobierno de la propia vida.


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Si no sueltas mayor el barco no arriba.


Hace ya unos años un compañero navegante (I.) me comentó está frase mágica, remitiéndome a la grabación de un entrenamiento en 420 en el que el entrenador gritaba: ¡Arríbale, arríbale, arríbale la racha! Y dejaba claro: ¡Si no sueltas mayor el barco no arriba!

Creo que el día que interioricé esta frase y la puse en práctica retomé mi aprendizaje.
Me encontraba estancado y pensaba que sabía llevar un vela ligera, pero cuando venía la racha me protegía orzando o, simplemente me dejaba llevar por lo que pedía el barco dada su naturaleza “ardiente”.
Afortunadamente aprendí a protegerme cogiendo el toro por los cuernos, haciendo correr al barco. Y arribando la racha. O la ola, si la hubiere.

P.

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Cierto, esa frase nos enseñó mucho.

Nos recuerda que el barco tiene dos timones, un timón convencional y un timón aéreo que son las propias velas. Y si queremos navegar bien, en armonía, estos dos timones deben compenetrarse. El riesgo del timón convencional es que lo vemos muy claro y pensamos que con él está todo hecho aunque a menudo nos advierte con un tacto demasiado ardiente. Posiblemente el flujo del aire no es lo libre que debe ser y lo estamos reteniedo demasiado en las velas. Basta entonces soltar mayor y el timón funcionará con más suavidad. La mayor es un timón aéreo que hace orzar el barco y que no podemos aislar del funcionamiento del timón convencional, algo que se suele olvidar cuando aprendemos.
Aún más, la navegación está llena de metáforas vitales. Yo veo que el timón es como la razón, la inteligencia argumentativa y lógica, es bastante evidente y la herramienta más visible para dirigirnos. Pero un día descubres que por más que racionalmente quieres hacer o explicar algo resulta que solo encuentras inconvenientes y resistencias. Quizá hay otro timón aéreo más sutil que nos equilibra y no podemos ignorar. ¿Emoción, sentimiento, intuición, inconsciente?. Pero la escota de esa mayor es tan intangible como los sueños.
I.


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